Apártate del medio
- Gemma Moll
- 31 jul
- 3 Min. de lectura
En muy poco tiempo he escuchado dos veces algo así como que ser un buen conversador se resume en ser un buen oyente. Creo que se lo oí decir a Isra Bravo: una vez en un pódcast y otra escuchando su audiolibro Storytelling Salvaje. Y yo, que soy de aplicar las cosas en cuanto las leo o escucho, me puse automáticamente a hacerle caso también en eso de escribir cada día, que recomienda en el mismo libro.
Escribiendo, reflexiono sobre esta idea tan sencilla y a la vez revolucionaria: ser un buen conversador es ser un buen oyente. Podríamos pensar que ser buen conversador es justo lo contrario — saber comunicar, tener buenos temas de conversación — pero no, resulta que es saber escuchar.
Esta idea me fascina, y me pregunto: si saber conversar es saber escuchar, ¿entonces escribir qué es? Y la respuesta es la misma: saber escuchar. Escuchar lo que la vida quiere “plasmar” a través de mí. Siempre me ha llamado la atención que la autora de Un Curso de Milagros dice que ella no escribió el curso, sino que simplemente lo canalizó.
Sigo profundizando en esta idea y la llevo a mi terreno: entonces, ¿contar cuentos qué es? Contar cuentos también es saber escuchar. Escuchar lo que el cuento quiere decir. Hay una idea que también me parece muy potente: apártate del medio para que la vida pueda expresarse a través de ti. O sal de la ecuación, porque lo importante no eres tú, sino el mensaje. Me parece una idea sencilla y revolucionaria, como la de ser un buen conversador. Qué simple, qué sencillo. Pero qué potente.
Ayer, el mismo día que empecé Storytelling Salvaje, paseaba por Ciutadella con César. En una plaza había un concierto: la banda de música interpretando Los Miserables, con cantantes, todo muy bien montado — luces, vestuario — muy espectacular en conjunto. César recibió una llamada justo cuando habíamos llegado al concierto y me quedé sola como espectadora. Vi el final de una canción y empezó otra.
Es difícil ser espectadora cuando te dedicas profesionalmente a ser intérprete. Es difícil que se calle la voz que lo analiza todo y disfrutar simplemente del espectáculo. De hecho, eso pasa en pocos momentos, con pocas obras. Pero cuando pasa, es maravilloso, y me convierto en la mejor espectadora de todas.
Ayer no pasó. Todo era fantástico: el sonido, las luces, el vestuario, y también la interpretación era impecable — había cambios, ritmo, técnicamente era perfecto. Pero entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué no me llega? La respuesta parte de la misma idea: el intérprete tiene que salir del medio para que el mensaje de la canción pueda expresarse, y si eso no ocurre, a mí no me llega. Yo no quiero ver al actor, no quiero ver al intérprete, quiero sentir el mensaje. El actor es solo un instrumento por el que el mensaje tiene que pasar, y su única tarea es poner todos sus recursos al servicio del mensaje. Es abrirse. El mensaje es más que el actor y más que el intérprete.
Y esto me recuerda a una escena de la película De-Lovely, que es una biografía de Cole Porter. Para quien no lo conozca, Cole Porter fue un compositor y letrista estadounidense conocido por sus canciones sofisticadas, ingeniosas y a menudo llenas de ironía. Seguro que has oído canciones suyas, aunque no sepas que son de él. El caso es que hay una escena en la que un cantante está ensayando Night and Day (una de sus canciones más famosas) y está frustrado porque no le sale bien un cambio concreto. Entonces Cole Porter le dice:
“Don’t think about the melody, think about the words. It’s about obsession, being in love… just sing it with me, look at me one more time.”
(No pienses en la melodía, piensa en las palabras. Va sobre la obsesión, sobre estar enamorado… cántala conmigo, mírame una vez más.)
No pienses en la melodía (la forma), piensa en las palabras (lo que quiere ser dicho). Esto no va de ti. Va de algo más grande que tú.
Apártate del medio.
Hace unos veinte años que no veo esa película y tengo bastante mala memoria, pero recuerdo perfectamente esa escena y el don’t think about the melody. Y cuando algo se me queda grabado así, es porque contiene una gran verdad que quiere ser escuchada.
Apártate del medio.
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